Para dejar un poco de lado temas pesados como el debate sobre la energía nuclear y los animales mutantes, hoy les comparto un haiku.
Viene del mar
una ola gigante.
Dos viejos rezan.
En Fukushima,
como un negro demonio,
aguarda el caos.
Rotos y dignos,
resisten en silencio
los japoneses.
Y los cerezos,
ahora deshojados,
florecerán.
Eduardo Larequi
vía La Bitácora del Tigre
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