domingo, 19 de febrero de 2012

Despedidas en Nagoya

Ayer sábado a la mañana fui hasta la ciudad de Nagoya, que desde mi casa se llega en 2 horas y media tomando trenes "comunes" y el tren bala. Allí viven unos parientes, una amiga brasileña y dos ex-compañeros de trabajo que querían verme antes de mi partida a Canadá. Un solo viaje fue eficiente para verlos a todos, pero terminé más que cansada de tanto trajín... los años no vienen solos, jaja.

A Nagoya sólo había venido 2 veces anteriormente. Es una ciudad muy activa, ocupa el cuarto lugar en Japón en cantidad de habitantes y tiene un castillo construido en el siglo XVI.

Por suerte hizo un tiempo espléndido y pude aprovechar cada momento que pasé con estas personas entrañables que hacía como 5 años que no veía. Me resulta un poco irónica la prisa para verse en persona cuando uno está por irse lejos. Todos estos años también podría haberme hecho tiempo para verlos si arreglábamos tan rápido como en esta ocasión, pero por algo se dio de esta forma, en este tiempo y en este lugar.

Las despedidas, aunque necesarias para cerrar un ciclo, dejan una sensación de tristeza y vacío para sus protagonistas. Por eso la frase que más usé en cada uno de estos encuentros es: "no voy a decir Adiós sino simplemente Hasta Luego, para que nos quedemos con ilusiones firmes de reencontrarnos pronto."

En las próximas semanas tengo programadas varias despedidas más en Tokio, con las que se juntan cosas del trabajo, trámites y llenado de cajas de cartón corrugado. Veré cómo manejo mis tiempos para mantener el blog hasta el 11 de marzo como les prometí.  Muchas gracias a todos por su paciencia ;)

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