Estoy de regreso de Japón desde el 2 de agosto. Estuve en Ishinomaki durante 6 días con una ONG llamada JEN trabajando como voluntario. No hablo nada de japonés. No había tenido ninguna experiencia como voluntario anteriormente.
Antes de ir estaba realmente muy nervioso. No tenía idea de cómo sería la situación allí. Estaba también preocupado de que mi insuficiente japonés fuera una barrera. Además, estaba con miedo de no poder aguantar ese trabajo duro. Y estaba preocupado por la seguridad del lugar. No se imaginan todas las preocupaciones que tenía.
Cuando llegué, había gente de todo el mundo. Nos quedamos en una casa tradicional ubicada en Watanoha (渡波). La gente de allí era muy buena y nos dio todo su apoyo. El ambiente allí me decía que no debería preocuparme de nada. Toda la gente de lugar estaba dispuesta a ayudarme si lo necesitaba. ¡No estábamos solos! Trabajamos en equipos. También, la mayoría de los lugareños hablaban buen inglés. No tuvimos problemas de comunicación. Aunque algunos del staff de JEN no podían hablar inglés, otros voluntarios estaban dispuestos a explicarme.
El primer día de trabajo, hicimos unas tareas de rutina en una planta de procesamiento de vieiras. Las valvas habían sido contaminadas por el tsunami. Lo que hicimos incluyó limpiar las valvas y colgarlas en redes para que se secaran. Fue un trabajo un poco aburrido. Sin embargo, mi objetivo para venir a Ishinomaki no era la diversión. Vine a ayudar a la gente del lugar. Lo que nosotros hicimos ayudó a los pescadores. Pudieron tener sus valvas limpias para que produjeran vieiras nuevamente. De verdad fue un trabajo significativo.
El segundo día, fuimos a limpiar el lodo en las orillas del río. Lo hicimos para evitar que la basura o el lodo sean arrastrados hacia el mar cuando lloviera. Debo decir que fue un trabajo de mucha suciedad. Por ello debíamos usar guantes y barbijos mientras trabajábamos. Podíamos usar un papel tisú esterilizado para limpiar nuestras manos. En lugares así es de esperar que haya suciedad, pero hay que usar la inteligencia para sobrellevarla.
Del tercer al quinto día, nuestro trabajo fue sacar el lodo de las alcantarillas de la comunidad. Fue muy similar al trabajo del segundo día.
Para concluir, debo decirles que trabajar como voluntario es realmente duro. Además, lo que hacemos, contribuye solo un poquito a la ciudad. Pero piensen detenidamente. Por más que lo que podemos hacer es muy limitado, ayudamos a acelerar el proceso de reconstrucción de la ciudad. Significa que la comunidad puede retornar a su vida normal en un tiempo más corto. Verdaderamente tiene mucho significado.
A aquellos que todavía dudan de su capacidad para ayudar a la gente de Tohoku... ¡por favor, vayan! No dejen que sus excusas y preocupaciones reduzcan su pasión para ayudar a otros.
Gracias por leer esto.
Lucas Kwok (Hong Kong)Información sobre la organización mencionada:
JEN (Japan Emergency NGO)
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