Su directora Lucy Walker había planeado hacer un "haiku visual" sobre los cerezos en flor y había venido a Japón justo en marzo del 2011.
Vivió el terremoto en Tokio y fue entonces que decidió realizar un film completamente diferente a su idea original. En una entrevista dijo: "Mi primer pensamiento fue: 'Por dios, no puedo hacer esto ahora.' Pero mi segundo pensamiento fue: 'Ahora es más importante que nunca mostrar nuestra solidaridad a los japoneses'".
Fue a la zona del desastre donde la gente todavía estaba en estado de shock. Los damnificados compartieron sus traumas, lo que aprendieron y cómo el evento afectó su forma de ver el mundo.
Su página web dice:
Los sobrevivientes en las áreas más golpeadas por el reciente tsunami en Japón encuentran el coraje de revivir y reconstruir cuando la estación de los cerezos en flor comienza.
Un sensacional poema visual sobre la naturaleza efímera de la vida y el poder sanador de la flor más querida en Japón.
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